A principios de los 90, Bugatti construyó el superdeportivo tecnológicamente más avanzado del mundo.
Fue renacido de una marca legendaria, realizado por un grupo de ingenieros entusiastas.

Romano Artioli reunió a un grupo de ingenieros que trabajaron juntos en otros superdeportivos como el Lamborghini Miura. El diseño fue un concurso entre Marcelo Gandini y otros diseñadores famosos de la época. Sobre el proyecto de desarrollo, hubo que cambiar el diseño, pero Gandini dijo que no. Al final, el conocido diseñador Gianpaolo Benedini terminó el proyecto. El automóvil presentaba tecnologías avanzadas fabricadas por el fabricante francés de helicópteros Aerospatiale, quien construyó el chasis de fibra de carbono. Era algo que nunca antes se había hecho. Y el coche también.

Benedini limpió los faros emergentes del proyecto Gandini, elevó la parte delantera e incluyó tomas de aire más anchas a los lados, además de salidas de aire en el capó delantero para aumentar la carga aerodinámica a altas velocidades. Además de eso, el EB110 presentaba un sistema aerodinámico activo, que abría y cerraba las tomas de aire, levantaba y bajaba el alerón trasero.

En el interior, había un interior elaborado a mano de lujo, con madera en el tablero y cuero en los asientos. La transmisión manual de seis velocidades envió el torque a las cuatro ruedas, a través de una relación de torque fija de 27:73. Las ventanas laterales estaban abiertas solo parcialmente y las puertas de tijera se mantuvieron del proyecto original de Gandini.

El motor era un V12 quad-turbo de 3.5 litros. El EB110 ofreció lo que prometía ser el Jaguar XJ220, pero no lo logró. El EB110 tomó su nombre de Ettore Bugatti y su 110 cumpleaños.