En 1993, Mercedes-Benz mostró el concept-car “Vision A 93” en el Salón del Automóvil de Frankfurt.
Fue un ejercicio de estilo para un vehículo compacto, apto para cinco adultos y excelente en ciudades abarrotadas.
El “Vision A 93” presentaba un pequeño motor de 1.2 litros ya sea diesel o gasolina. Ambos estaban acoplados a una transmisión continuamente variable (CVT). La idea cuajó y, cuatro años más tarde, en el Salón del Automóvil de Ginebra, se presentó al público la versión de producción del Clase A. Era una filosofía completamente nueva para el fabricante de automóviles alemán. Desde un diseño clásico con motor delantero y tracción trasera hasta un sistema de motor delantero y tracción delantera. Además de eso, el piso de doble sándwich permitió que el automóvil pasara la prueba de choque con gran éxito.
La carrocería estilo monovolumen con los pilares A inclinados construidos como una extensión del capó. El automóvil presentaba un maletero y una cabina integrados bajo el mismo techo. El vehículo en forma de huevo en general fue bien recibido por el mercado.
En el interior, había un interior espacioso, con mucho espacio para cinco adultos. Algunas características eran similares a las de la Clase C. Pero todo salió mal en 1997 cuando una revista sueca probó la prueba de estabilidad para evitar alces y el Clase A volcó. Mercedes-Benz tuvo que hacer un retiro importante y arreglar los autos.
La Clase A se ofreció con una amplia variedad de motores de gasolina y diésel. Estaban acoplados a una transmisión manual de cinco velocidades o a una CVT.