Mercedes-Benz presentó el lavado de cara para la segunda generación de la Clase A en abril de 2008 en el “Auto Mobil International” de Leipzig.
El automóvil mantuvo sus ingredientes principales pero agregó más refinamiento.

Antes de la primera generación de la Clase A, Mercedes-Benz era conocido por sus vehículos de tracción trasera. El cambio repentino a la tracción delantera mostró cierta falta de experiencia en el área y eso llevó al fracaso de la “prueba de alces” en Suecia. Un error que le costó a la empresa DM 300 millones (USD 150 millones) arreglarlo. Pero la segunda generación se estudió a fondo y se convirtió en el coche más seguro de su clase. En septiembre de 2007 circulaban por las carreteras más de 500.000 unidades de la segunda generación de la Clase A. El lavado de cara se introdujo para mantener las ventas.

Hubo algunos cambios menores en el exterior del coche. Se rediseñaron los parachoques, las luces delanteras y traseras. El cambio más notable fue en la parte trasera, donde las luces traseras presentaban una barra transparente en lugar de dos para el modelo 2003-2007.

En el interior, hubo más modificaciones en el tablero, que presentaban nuevos controles para la ventilación y un nuevo grupo de instrumentos. Se incorporaron nuevos materiales, tras un estudio entre los conductores del Clase A. Fue un verdadero reconocimiento y dedicación para los pequeños clientes de Mercedes-Benz Clase A. Se agregó una función de arranque y parada para los modelos A150 y A170. Además de eso, había una opción para el estacionamiento automático en paralelo, donde el conductor solo tenía que hacer la aceleración y el frenado. Para la parte de seguridad del A-Klasse MY 2009, el automóvil tiene luces de freno intermitentes adaptables y luces de emergencia que responden a choques como estándar en el interior.

La gama de motores se mantuvo igual que su versión anterior al lavado de cara.