Toda historia tiene un comienzo y, para la marca italiana Alfa Romeo, el ALFA 24 fue la primera frase de una de las grandes automotrices de la historia.
El 24 de junio de 1910, un grupo de inversores creó la Anonima Lombarda Fabbrica Automobili (La Fábrica de Automóviles Anónimos de Lombardía). Compraron los talleres Portello de Darracq Automobile Company, que era un fabricante de automóviles francés. Pero los ingenieros italianos ya estaban adelantados y listos para introducir un nuevo modelo en el mercado. Fue un proyecto atrevido, pero resultó ser un éxito.

El Alfa 24 HP tomó su nombre de la potencia fiscal basada en la potencia real del vehículo relacionada con el tamaño del motor y varios otros factores. El ingeniero principal del nuevo proyecto fue Giuseppe Merosi, quien ya era un experto en ingeniería de automóviles que anteriormente trabajó para otros fabricantes de automóviles como Bianchi y Fiat. Su trabajo para el ALFA 24 comenzó en otoño de 1909 y en 1910 el auto estaba listo para rodar.

Usó su experiencia previa e hizo un chasis recto con ballestas y ejes macizos tanto en la parte delantera como en la trasera. Pero Merosi era más que un ingeniero. Comprendió la importancia de las carreras y convenció a la gerencia de ALFA para participar en una carrera en 1911. Lo hicieron. Si bien ambos autos se retiraron (uno por un accidente y el otro por el agotamiento físico del conductor), el auto se notó y los pedidos del ALFA 24 comenzaron a amontonarse.

Eventualmente, el automóvil de 4.2 litros que podía desarrollar hasta 110 kph (68 mph) se hizo famoso. Alfa construyó más de 200 chasis del modelo de 24HP. También fue el coche elegido por el mando supremo del ejército italiano durante la Primera Guerra Mundial.