A partir de 1987, Porsche ofreció una parte delantera reelaborada para el modelo Turbo Cabriolet, inspirada en el famoso auto de carreras 935.
Era la versión descapotable del 911 Turbo Flachtbau Coupe.

Después de 1981, cuando Porsche presentó el 911 Turbo Flatnose (Flachtbau) para la versión cupé, los clientes comenzaron a preguntar si la marca podía hacer lo mismo con la versión convertible. Al principio, el fabricante de automóviles alemán no quería hacer eso. Posteriormente acordaron y lo ofrecieron como la opción 505 para el mercado estadounidense o 506 para el resto del mundo. Era costoso ya que significaba que el proceso de fabricación consistía en tomar un vehículo completo, desmontarlo y montar los nuevos elementos. En 1987, ese costo fue de USD 23.244 (USD 53.000 en dinero de 2020).

El automóvil presentaba una parte delantera plana y aerodinámica, con los guardabarros al ras de la tapa del maletero. Encima de los pasos de rueda, había escapes de aire para los pasos de rueda. Todas las unidades fueron modificadas por Porsche desmantelando y volviendo a montar vehículos ya construidos justo después de que salieran de la línea de producción. Eso contribuyó a la aerodinámica del coche y condujo a un mejor rendimiento en la carretera. A velocidades más altas, la parte delantera estaba mejor pegada a la carretera debido a una mayor carga aerodinámica.

El modelo de 1987 estaba mejor equipado que su predecesor. Incluía aire acondicionado, elevalunas eléctricos y asientos con calefacción en la lista de opciones. El cuadro de instrumentos era el mismo que en el Carrera y no había indicador turbo.

Para el mercado estadounidense, donde se fabricaron 591 modelos, el 911 Turbo ofreció un motor reelaborado para cumplir con las normas de emisiones. Pero eso significó que la potencia se redujo a apenas 282 hp desde sus 330 hp iniciales. Estaba acoplado a una transmisión manual estándar de 4 velocidades y había una opción para un diferencial de deslizamiento limitado.