En 1961, Fiat presentó un sedán ejecutivo que competía con vehículos premium como el Jaguar MKII y el Mercedes-Benz “fin-tail”.
Fiat ya era un nombre importante entre los fabricantes de automóviles premium en Europa y el modelo 1800 fue bien recibido en el mercado. Pero los clientes pedían más y la fábrica de Turín accedió a ofrecer un vehículo adecuado para aquellos que buscaban un Mercedes-Benz 230 W110, pero no se ajustaba a su presupuesto. El 2300 fue una buena elección en términos de potencia y características.

Los faros dobles en la parte delantera y el estilo de ceja de los guardabarros delanteros hicieron que el automóvil fuera fácil de reconocer en esos tiempos. Una parrilla metálica grande y ancha llenaba casi toda la fascia delantera. Al mismo tiempo, el parachoques cromado con protecciones de goma no solo era útil en lugares de estacionamiento reducidos, sino que también se consideraba una característica de seguridad revolucionaria. En la parte trasera, Fiat adoptó la tendencia de diseño de cola de aleta con luces traseras verticales y afiladas.

Fiat insistió en que el coche tenía que ofrecer un gran confort y un aspecto lujoso a sus clientes. Desafortunadamente, el automóvil no estaba equipado con aire acondicionado ni ventanas eléctricas, y eso no fue muy apreciado. Al menos, ofrecía una transmisión automática en la lista de opciones.

Debajo del capó, Fiat instaló un motor de seis cilindros en línea emparejado con una caja de cambios manual de 4 velocidades. Más tarde, una manual de 5 velocidades estuvo disponible como opción. Un motor especialmente afinado, construido por Abarth, aumentaba la potencia hasta los 140 CV, una cifra muy alta para aquellos tiempos.