El roadster deportivo lanzado en 1989 fue mejorado para 1998 cuando se lanzó la segunda generación del Mazda MX5/Miata.
Además de las obvias actualizaciones de diseño exterior, el nuevo MX-5/Miata tenía una eficiencia aerodinámica mejorada, así como más características de seguridad disponibles.

El cambio más notable fue en la parte delantera, donde los icónicos faros delanteros retráctiles se quitaron y se reemplazaron por unos fijos debido a problemas de seguridad de los peatones. La actualización también ayudó a eliminar alrededor de 5 kg, por lo que el peso del automóvil se redujo ligeramente.

El perfil del MX-5/Miata se veía más esculpido con la parte inferior rediseñada de las puertas, mientras que la parte trasera se modernizó con las luces traseras rediseñadas.

En el interior, el nuevo MX-5/Miata presentó cambios sutiles, como un tablero un poco más esculpido, así como la adición de un interruptor de anulación para las bolsas de aire del lado del pasajero y la disponibilidad de un bloqueador de viento.

Si bien el área de carga no era la más espaciosa, la capacidad mejoró ligeramente ya que la batería se alojó entre el parachoques y las ruedas traseras.

Otra mejora fue la adición de una ventana trasera de vidrio con desempañador, mientras que la primera generación estaba equipada con una ventana trasera de plástico.

El motor que impulsaba el MX-5 Miata de segunda generación seguía siendo la unidad de 1.8 litros que ahora venía con una nueva culata y un nuevo colector de admisión variable. En conjunto, la potencia se incrementó de 133 hp a 140 hp, por lo que el nuevo modelo alcanzó los 100 kph (62 mph) en 8 segundos.